El cementerio de El Saucito se ha caracterizado por las piezas arquitectónicas y fúnebres que ahí alberga, uno de los atractivos de este panteón, son las lápidas de los personajes que marcaron la historia de San Luis Potosí, como de la política hasta del arte.
Este lugar está dividido en varias zonas, debido a cómo fue creciendo. En el pasillo principal se encuentran cinco tumbas de personajes protagonistas de leyendas potosinas, en primer lugar se encuentra una capilla donde descansa Juan del Jarro, el cual era originario del municipio de Matehuala, y que migró a la capital, dedicando su vida ayudar a los pobres, con las colectas de limosna que pedía; fue en noviembre de 1859, cuando dejó este mundo.
En el mismo pasillo se encuentra el general Silverio Ramírez, quien murió en mayo 1896, a su lado se encuentra sepultada su esposa, Manuela Adame de Ramírez, que perdió la vida en junio del mismo año, cuenta la leyenda que la señora Manuela, era muy celosa con su esposo, por lo que decidió "irse" al mes de que muriera el general, la gente cuenta que hay quienes le han pedido favores al general, y una vez que estos se han cumplido como recompensa se entrega un ramo de flores para la señora Adame de Ramírez.
Otro personaje que se conoce por su historia, es el caso de la niña Poleth Viridiana, o conocida como la niña de la casita de las muñecas, haciendo alusión a la capilla donde descansan los restos de la pequeña, que se encuentra adornada con muñecas de porcelana entre otros juguetes, se dice que Poleth se negaba a dejar este mundo, pues fue vista en varias ocasiones en la escuela donde estudiaba, después de haber fallecido.
La lapida del político, gobernador del estado, Carlos Diez Gutiérrez, es una de las más grandes del cementerio, que desde la entrada a este lugar lleno de misterio puede observarse, pues se encuentra en el centro del pasillo principal, capilla que cuenta con la imagen de una virgen en su interior.
A los alrededores de la calle principal se encuentra también el recinto donde descansan la artista y fundadora del ballet provincial de danza contemporánea del estado, Lila López, quien perdió la vida en octubre del 2001, así también, los restos de Salvador Nava descansan en este cementerio municipal.
Estos personajes no son visitados solo por sus familiares y amigos, sino que también acuden personas que han admirado el trabajo que realizaron por esta vida, al igual que los curiosos y turistas acuden a este emblemático lugar.
Comentarios
Publicar un comentario